2024/02/14 – Pedro José Zepeda
Acabo de terminar “Retrato de casada” (2022) la última novela de Maggie O’Farrell (1972, Coleraine, Irlanda del Norte)
Su primera novela, After You’d Gone, ganó el premio Betty Trask; La segunda, The Hand That First Held Mine, el premio Costa Novel en 2010. En 2020, con Hamnet, ganó el Women’s Prize Fiction y el Premio del Círculo Nacional de Críticos de Libros de Estados Unidos. Su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas.
A pesar de haber perdido un año de escuela a los ocho años por una encefalitis, termina sus estudios universitarios, trabaja como periodista en Hong Kong, y como editora adjunta del suplemento The Independent on Sunday en Londres. Tras el éxito de su primera novela, se dedica de lleno a la literatura. También ha enseñado escritura creativa en las Universidades de Warwick, Coventry y en el Goldsmiths´ College de la Universidad de Londres.
Yo sólo he leído sus dos novelas históricas: “Hamnet” (2020), que narra maravillosamente la vida de la familia de Shakespeare y “El retrato de casada” que ahora reseño (2022).
Con el mismo talento, trabajo de investigación y destreza narrativa que en “Hamnet”, en “El retrato de casada” se sumerge en las profundidades del pasado para reconstruir, desde la ficción, un episodio histórico de la Italia renacentista y narrar la lucha contra el destino de una casi niña asombrosa: muy inteligente, culta, introvertida y muy perceptiva, dotada con una memoria visual y un talento muy especial para el dibujo.
Hija tercera del Gran Duque Cósimo de Médici, a la muerte de su hermana mayor, María, comprometida con el primogénito del duque de Ferrara, la vida de Lucrezia da un vuelco abismal que la obliga a abandonar un apacible y acogedor contexto familiar en Florencia, al ser designada como prometida suplente –y luego esposa– de Alfonso d´Este, quien, a su vez, poco antes de la boda, asume el ducado de Ferrara por el fallecimiento de su padre.
Así, la mala fortuna y las malas artes de la conveniencia política, hicieron de Lucrezía, una rehén de sólo 15 años,
Desencadenándose, a partir de entonces, una verdadera vorágine: sufre los preparativos de su boda; es desterrada como moneda de cambio político; vive aterrorizada su noche de bodas; y es asfixiada por las intrigas de la corte de Ferrara.
En ese caos, vive en un estado de constante incertidumbre, sin saber quién es realmente su esposo: el hombre sensible y comprensivo que conoció durante las festividades de su boda en Florencia, o el déspota implacable, capaz de cualquier atrocidad en el que se ha ido convirtiendo durante los últimos meses. Con terror, intuye que su marido, doce años mayor que ella, la quiere matar al no poder obtener lo único que realmente le interesa de ella: que le dé un heredero que asegure la continuidad del título. Para colmo de su desgracia, cuando recurre a su madre pidiendo auxilio, no es tomada en serio.
Todavía hoy hay quienes debaten si, en realidad, Lucrezia murió enferma de tuberculosis o fue envenenada. Pero, desde la ficción, Maggie O´ Farrell esboza sutilmente una tercera posibilidad.
Pero su novela va mucho más allá de eso: su relato retrata, pleno de empatía, la soledad y desesperación de una seminiña muy sensible y despierta, pero atrapada por las circunstancias de una época.
Con una precisión casi quirúrgica, que deja la sensación de ser el producto de una investigación muy a fondo, que le permite a la autora detallar de manera muy puntual hasta el último detalle, Maggie O´Farrell ha encontrado en la novela histórica la forma de hablar de temas actuales que afectan a la sociedad, pero sobre todo a las mujeres.
Y, tal vez, lo que resulta más impresionante, es su gran capacidad para, como señala uno de sus lectores, llevar esa investigación con gran naturalidad a la página, lo mismo para construir un personaje enorme, que para pasear a los lectores por las habitaciones y las cocinas de un ‘palazzo’ del siglo XVI.
En fin, “retrato de casada» es, en fin, una deliciosa novela, muy sólida, sutil y, que duda cabe, bellísima, rebosante de matices, escrita por una pluma muy fresca, que bucea con maestría por las profundidades del alma humana, incluidas las pasiones de la política y el poder.
Deja una respuesta